Seguí con las manos inmovilizadas durante un buen rato, sin embargo mi mente parecía procesar a toda velocidad. Los mecanismos de defensa empezaron a actuar. Seguro que se trataba de un error informático, me decía a mi mismo para tranquilizarme. Eran los primeros días de la campaña de la renta de este año y los programas informáticos todavía tendrían que ser depurados. Luego, según los usuarios fueran detectando fallos como este, lo irían comunicando y los arreglarían. Con estos razonamientos me fui calmando y repasé paso a paso lo que había hecho delante de la pantalla del ordenador desde que accedí a la página de la Agencia Tributaria. Recordaba perfectamente que me había identificado con el certificado digital de la FNMT que tengo instalado. Por tanto, el sistema sabía que era yo quien estaba accediendo y, por tanto fue a mí a quien le mostró el mensaje. No cabía entonces que el sistema pensara que yo era un usuario anónimo; sabía perfectamente a quien le dirigía el mensaje. Eso me dejaba nuevamente intranquilo. Entonces, parpadeé varias veces con la esperanza de que fuera mi vista la que hubiera captado un mensaje que en realidad no existía. Pero, nada, allí seguía presente en la pantalla reclamándome la fatídica fecha de 2023.
Mi ansiedad volvía a ir en aumento y para evitarlo traté de convencerme de que el fallo podría estar en mi propio ordenador. Siempre había oído a los que saben que conviene apagarlos y encenderlos regularmente, además de por motivos de ahorro energético, para que se pusiera a cero la memoria y no se produjeran errores. Seguro que eso era lo que me estaba ocurriendo a mí. Para entonces mis manos habían recuperado la movilidad, empecé a cerrar ventanas y procedí al apagado del aparato. Cuando la pantalla se quedó negra, me acordé y desconecté el cargador. También me habían dicho que la circuitería electrónica se descargaba y eso me dejaba más tranquilo. Dejé pasar como un minuto y procedí a reconectar el cargador y a pulsar el botón de arranque. El aparato hizo su rutina habitual con normalidad. Cuando acabó ese proceso, busqué el cursor en la pantalla moviendo el ratón y pinché con un doble click sobre el icono del navegador. Todo continuaba tranquilo y no se podía apreciar ningún síntoma de fallo. El navegador me ofreció la ventanita para introducir la búsqueda que deseaba hacer. Comencé escribiendo "a g e n"; inmediatamente el teclado predictivo me ofreció el resto de la búsqueda "Agencia Tributaria". Entré en mi AREA PERSONAL haciendo uso del Certificado Digital y así continué paso a paso hasta llegar de nuevo a la pantalla de hacer la declaración y, por fin, a la de "Datos Identificativos".
De nuevo estaba allí frente a la página maldita. Respiré profundo y comencé a rellenar todos los datos. Esta vez no olvide indicar que mi estado civil a 31-12-2023 era CASADO/A.
Y llegó el momento crítico. Tenía que pulsar sobre el botón [Aceptar]. Tragué saliva, ..., y, ... allí estaba la ventana emergente con el texto blanco sobre el fondo negro: "Debe introducir su fecha de fallecimiento en 2023".
Esta vez no me quedé paralizado, al contrario, de forma compulsiva pulsé el botón [Entendido] dentro de la ventana para que ésta se ocultara. Introduje una fecha prácticamente al azar que resultó ser el 15-07-2023. Sin pensar en cuales serían las consecuencias, pulsé inmediatamente sobre el botón [Aceptar].
Yo diría que casi antes de que le diera al click del ratón, apareció una ventana, pero no era una ventana convencional, aparecía el Botones Sacarino y el mensaje estaba dentro un bocadillo de esos de las viñetas de los cuentos para niños. El piquito del bocadillo apuntaba a la boca del desastroso y simpático botones que decía:
"Importante, los herederos no podrán utilizar el certificado electrónico ni la Cl@ve PIN de la persona fallecida, ya que ambos quedan inhabilitados con el fallecimiento."
Ahora sí que ya no entendía nada. Comencé a pellizcarme, pero aparentemente estaba vivo, de hecho, con uno de los pellizcos me hice una marca enrojecida en el antebrazo.
Pero entonces, estaba claro que el sistema creía que yo había muerto. Pero ¿Es esa la fecha de mi muerte? Decidí introducir otra. Esta vez fue el "27-06-2023 [Aceptar]".
Pasaron dos o tres segundos eternos en que no apareció ventana alguna. Empezaba a evaluar la situación, porque no sabía si eso era bueno o malo, cuando por los altavoces inalámbricos del salón oí nítidos los primeros compases y "Yo soy Carmen la de España, cigarrera de Sevilla, ....". Era la inconfundible voz de Carmen Sevilla. Empezaba a volverme loco, volví a mirar a la pantalla y allí estaba la ventana y esta vez el mensaje decía: "¿Quiere probar alguna fecha más?". No entendía nada, pero no pude resistirme e introduje una tercera fecha: "24-05-2023 [Aceptar]".
Tampoco salió la ventana inmediatamente, se oyeron unos ruidos por los altavoces y dirigí mi mirada hacia ellos, pero Carmen Sevilla seguía sonando "... de los pinreles a la peineta, yo le tocaba la pandereta,...", pero inmediatamente después se silenció su voz y un ritmo marcado con golpes de batería inundó a todo volumen el salón e inmediatamente: "I call you when I need you. When my heart's on fire, ...". Estuve a punto de echarme a bailar, pero la angustia por la situación me paralizó. Era la mismísima Tina Turner, giré la vista otra vez a la pantalla y allí estaba ella llenándola con sus movimientos mientras su atronadora voz seguía inundando el salón.
Con ese volumen casi no oigo primero el timbre y luego los gritos de Montaña diciéndome: ¿Abres tú o abro yo? Quise hablar pero no me salió la voz. Montaña entró en el salón y con principio de cabreo me dijo:
"Abro yo. Y vete despertando que cuando te da el arrebato enológico comiendo fuera no hay quien haga vida de tí. Tu llegas y, ..., dices que no te echas en siesta, pero coges el ordenador, no te da tiempo ni a sacarlo de su bolsa y te chupas una siesta que no eres persona hasta la hora de cenar."
Oí a Montaña atender a alguien en la puerta, pero lo que atrajo mi atención fue el ordenador tirado en el suelo metido en su bolsa entreabierta que dejaba ver el cargador a medio sacar. Tina Turner había desaparecido y Montaña volvió al salón con cara de no querer hacer amistad. Como pude le pregunté: ¿Quién era el de la puerta?
Mientras recogía el cargador en la bolsa del ordenador contesto:
"¿Quien era? ¿Quien era? El cartero que te traía una notificación de la Agencia Tributaria. A ver que te quieren ahora. Mira que te tengo dicho que te saques el certificado digital ese. Ya estás llamando por teléfono y pidiendo cita previa que luego se nos pasa el plazo y andamos de cabeza. Ah, y cuando duermas deja ya de tararear eso de ´..., soy la Carmen de España....' que la pobrecilla Carmen se murió el verano pasado y a ver si te vas a ir tu detrás."
JMGOL (MARZO 2024)
Dedicado a los que nos dejaron en 2023 y que hicieron por que merezca seguir disfrutándolos en 2024 y sucesivos. Si te apetece, nómbralos en los comentarios.


Muy bueno !!